(2) Porque el tiempo pasado de [nuestra] vida puede bastarnos para haber obrado la (b) voluntad de los gentiles, cuando andábamos en lascivia, concupiscencias, exceso de vino, júbilo, banquetes e idolatrías abominables:

(2) Al recordarnos la deshonestidad de nuestra vida anterior conducida por la inmundicia del pecado, nos llama al arrepentimiento ferviente.

(b) Perversa y licenciosamente a la manera de los gentiles.

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