(3) Porque nuestro evangelio no vino a ustedes solamente en palabras, sino también en poder, y en el Espíritu Santo, y en (b) mucha seguridad; como sabéis qué clase de hombres fuimos entre vosotros por causa de vosotros.

(3) Otra razón por la que no deben retroceder, sino continuar hasta el final, porque no pueden dudar de esta doctrina que de tantas maneras les ha sido confirmada, incluso desde el cielo, como ellos mismos bien sabían.

(b) Pablo muestra por dos cosas que siguió un gran fruto de su predicación, es decir, por estos dones del Espíritu Santo, y esa certeza que estaba completamente asentada en sus mentes, como se manifestó por el hecho de que voluntariamente llevaran la cruz.

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