(15) No porque nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que somos ayudantes de vuestro (a) gozo; porque por la fe estáis firmes.

(15) Quita toda sospecha de arrogancia, declarando que no les habla como un señor, sino como un siervo, designado por Dios para consolarlos.

(a) Establece el gozo y la paz de conciencia, de los que Dios es autor, en oposición al temor tiránico, y además muestra el resultado del Evangelio.

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