(9) Después de haberlos ordenado ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayuno, los encomendaron al Señor, en quien habían creído.

(9) Los apóstoles encomendaron las iglesias que habían plantado a pastores apropiados y especiales, a quienes nombraron no apresuradamente, sino con oraciones y ayunos antes de su elección: ni las arrojaron sobre las iglesias mediante el soborno o la superioridad señorial, sino que eligieron y los colocó por la voz de la congregación.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad