(3) No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino (g) para cumplir.

(3) Cristo no vino para traer ningún camino nuevo de justicia y salvación al mundo, sino para cumplir lo que estaba ensombrecido por las figuras de la Ley, liberando a los hombres por gracia de la maldición de la Ley; y además para Enseñar el verdadero uso de la obediencia que la Ley estableció, y grabar en nuestro corazón el poder de la obediencia.

(g) Que se cumplan las profecías.

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