(9) Porque la circuncisión en verdad aprovecha, si guardas la ley; pero si eres infractor de la ley, tu circuncisión se convierte en incircuncisión.

(9) Previene precisamente su objeción, que pone una santidad en la circuncisión, y la observancia exterior de la ley: de modo que muestra que la circuncisión exterior, si está separada de la interior, no justifica, y también condena a los que son en verdad circuncidados, de los cuales se requiere que cumplan lo que significa la circuncisión, es decir, limpieza de corazón y de toda la vida según el mandamiento de la ley, de modo que si hay un incircunciso según la carne que es circuncidado de corazón, es mucho mejor y más digno de consideración que cualquier judío circuncidado sólo según la carne.

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