Por tanto, (1) justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo:

(1) Otro argumento tomado de los efectos: somos justificados con lo que verdaderamente apacigua nuestra conciencia ante Dios: y la fe en Cristo apacigua nuestra conciencia y no la ley, como se dijo antes, por tanto, por la fe somos justificados, y no por la ley.

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