(17) Porque si alguno es oidor de la palabra y no hacedor, es semejante a un hombre que contempla su rostro natural en un espejo:

(17) En segundo lugar: porque pierden el uso más importante de la palabra de Dios, si no la usan para corregir las faltas que conocen.

(u) Alude a esa mancha natural, que es contraria a la pureza en la que nacemos de nuevo, la imagen viva que vemos en la ley.

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