REFLEXIONES

¿QUÉ causa de agradecimiento tiene para ofrecer la Iglesia de Dios, que el misericordioso propósito de Jehová, escondido en su pecho desde el principio del mundo, desconocido para los ángeles, principados y potestades; debe ser revelado tan abierta y completamente al pueblo del Señor; sí, mientras que el mundo no lo conoce, porque no conoció a aquel en quien está escondido; se da a conocer a los santos y a la familia de Dios! ¡Oh! la bienaventuranza de conocer el amor, el amor eterno de Dios el Padre, en su consejo, propósito y voluntad, en su gracia a la Iglesia. Y, ¡oh! ¡La bienaventuranza, que todas las revelaciones de su amor se nos den a conocer en la Persona, y fluyan a nosotros de la mediación del Señor Jesucristo, por medio del Espíritu! Ciertamente, toda misericordia se convierte en una misericordia multiplicada por diez, que llega a la Iglesia, como todo lo hace en Cristo y por él.

¡Señor! da toda tu gracia redimida para doblar la rodilla, como lo hizo Pablo ante el Dios y Padre de toda la familia, para que podamos comprender con todos los santos, todas las vastas dimensiones del amor de Cristo, que sobrepasa todo conocimiento, y ser lleno de toda la plenitud de Dios!

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