No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes de que vosotros le pidáis.

Aquí el SEÑOR habla de la oración, y que es aún más expresa en referencia al SEÑOR. Debe ser secreto entre DIOS y el alma, incluso en la congregación pública, por lo que en verdad es oración pero comunión inmediata, en la que las únicas partes son JEHOVÁ y su pueblo. No se puede suponer que ningún espectador o espectador interrumpa la conferencia. ¡Pero Ay! ¡Cuán poco entendido por la gran masa de lo que el mundo llama adoradores! Estricta y propiamente hablando, no puede haber oración donde no hay conocidos.

Y hasta que el Hijo de DIOS no se familiarice con DIOS en CRISTO, por mucho que pueda ofrecer una multitud de palabras, el corazón no está interesado y, en consecuencia, no hay oración. Pero cuando hemos recibido el espíritu de adopción, y el hijo recién nacido de DIOS es traído a la vida espiritual, instantáneamente el grito del alma es: ¡Abba, Padre! ¡Lector! si el SEÑOR el ESPÍRITU SANTO ha despertado tu alma, ha regenerado tu naturaleza y te ha traído a un conocimiento sincero de DIOS en CRISTO, tus propios sentimientos, bajo la enseñanza divina, formarán el mejor comentario sobre esas preciosas palabras de JESÚS; pues entonces sabéis todo lo que el SEÑOR ha dicho aquí acerca de la comunión secreta con vuestro Padre. Pero de lo contrario, en secreto o en público, eres un extraño a la oración real. Toda persona sin gracia es una persona sin oración.

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