REFLEXIONES

Seguramente el buen orden de la sociedad y la paz general de los estados y reinos son promovidos por sabias leyes y reglamentos; y feliz la nación, que tiene al Señor por Dios.

¡Pero, alma mía! como buscas una ciudad que tiene fundamento, cuyo Constructor y Hacedor es Dios; mantente en la torre de vigilancia, para la venida del Señor. Y, consciente de que para ti la noche de este estado de desierto está muy avanzada, y se acerca el día del mundo inmortal, que como la marea de un vasto océano se apresura a cubrir toda la tierra; ¡Oh! para que la gracia sea destetada de todas las cosas aquí abajo, y para estar listo en el momento de la advertencia para subir y encontrar al Señor en el aire.

¡Bendito Señor Jesús! sea ​​mi felicidad, ser encontrado esperando! Y que Dios el Espíritu se ponga en Cristo, y su justicia en mi alma, para que cuando venga mi Señor, yo tenga confianza y no me avergüence de él en su venida.

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