Todas estas son tantas descripciones del asombroso poder de Dios. Por la voz de Dios en el reino de la naturaleza, sin duda, se entiende las operaciones de Dios en la naturaleza. Los truenos y los relámpagos, las olas del mar, los vientos y las tempestades, indican su asombroso poder y demuestran su soberanía. Se puede decir que Dios habla mediante tales operaciones. Ver Salmo 107:25 , etc.

Pero más bien concibo que las expresiones aquí deben tomarse en forma figurativa, y deben considerarse como el hablar de Dios en las obras de su providencia y su gracia. Porque aquí, de una manera más eminente e ilustre, que se diga que el Señor habla, cuando se oiga la voz de Jesús, según su propia declaración, en las tumbas del pecado y de la muerte. Juan 5:25 .

Y, de acuerdo con esta figura retórica, la voz del Señor está sobre las aguas del santuario, haciéndolas dar vida y llamar a la vida espiritual a los pecadores que antes estaban muertos en delitos y pecados. Fue por esta voz de Jehová que surgió la luz en la creación original de la naturaleza. Es el mismo poder todopoderoso, vivificante y vivificante, cuando Dios, que ordenó que la luz brille de las tinieblas, brilla en el corazón, por medio del cual da la luz del conocimiento de la gloria de Dios, en el rostro de Jesús. Cristo; 2 Corintios 4:6 .

Es por el mismo poder, que se rompen los cedros, se quebranta el corazón de los pecadores, y se da voluntad en el día de su poder. Y como aun las llamas de fuego, a la voz de Dios se parten, así el corazón de un pecador se divide y se separa, en ese día en que Jesús habla a la conciencia, de todos sus ídolos; porque la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Hebreos 4:12 .

Y así como el desierto se estremece con las tempestades, así el estado de desierto de la mente de un pecador se estremece y pronto se hace florecer como una rosa. Isaías 35:1 .

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