¿De quién sino de Jesús habla aquí el profeta? De todos los hijos del Adán caído podemos adoptar humildemente las palabras del Señor mismo, y decir, porque ¿quién es éste que ha ocupado su corazón para acercarse a mí? dice el Señor. Jeremias 30:21 . Nadie sino el santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores y hecho más alto que los cielos, podía entrar en la casa de Jehová o acercarse a él. ¡Pero lector! Cuán bienaventurado es para nosotros acercarnos a Jesús, que ha venido y que es a la vez propiciatorio, sacrificio y templo; el camino, la verdad y la vida!

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