• Isaías 3:6

    Cuando alguno eche mano de su hermano en la casa de su padre y le diga: “Tú que tienes ropa, sé nuestro jefe y toma en tus manos esta ruina”,

  • Isaías 3:7

    él alzará la voz en aquel día diciendo: “Yo no seré sanador, pues en mi casa no hay comida ni vestido. No me pongan por jefe del pueblo”.

  • Isaías 3:8

    Porque Jerusalén ha tropezado, y Judá ha caído; pues la lengua de ellos y sus obras son contrarias al SEÑOR y desafían la presencia de su majestad.

  • Isaías 3:9

    Su parcialidad los acusa. Como Sodoma, expresan su pecado y no lo disimulan. ¡Ay de ellos, porque para sí mismos han producido el mal!

  • Isaías 3:10

    Digan a los justos que les irá bien, que comerán del fruto de sus hechos.

  • Isaías 3:11

    ¡Ay de los impíos! Les irá mal, porque les será hecho conforme a las obras de sus manos.

  • Isaías 3:12

    ¡Oh pueblo mío! Sus opresores son muchachos, y mujeres se enseñorean de él. Pueblo mío, los que te guían te hacen errar y confunden el rumbo de tus caminos.

Continúa después de la publicidad