Los sacerdotes, ministros de Jehová, lloren entre el pórtico y el altar, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no des a oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ellos: ¿por qué dirán? entre el pueblo, ¿dónde está su Dios?

Que los sacerdotes, los ministros del Señor, lloren entre el pórtico y el altar, el pórtico del templo de Salomón al este. El altar de los holocaustos fuera, en el atrio de los sacerdotes, delante del pórtico ( cf., "entre el templo y el altar"). Los suplicantes debían permanecer de espaldas al altar, sobre el cual no tenían nada que ofrecer, con el rostro hacia el lugar de la presencia de Shekinah.

No des tu heredad a reproche, para que las naciones se enseñoreen de ellos. Esto muestra que no se trata de langostas, sino de enemigos humanos, "los paganos". La traducción al margen, 'usar un refrán en contra de ellos', no está respaldada por el hebreo.

¿Por qué han de decir entre el pueblo: ¿Dónde está su Dios?, es decir, no, por tu propio honor, dejes que el pagano se burle del Dios de Israel, como incapaz de salvar a su pueblo; una frase derivada de los Salmos.

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