Entonces vino a Simón Pedro, y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?

Entonces vino a Simón Pedro, y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Nuestro lenguaje no puede resaltar el contraste intensamente vívido entre el "Tú" [ su ( G4771 )] y el "mío" [ mou ( G3450 )], que al juntarlosexpresaría el original. Pero cada palabra de esta pregunta es enfática. Hasta aquí, y en la pregunta misma, no había más que el más profundo y hermoso asombro ante una condescendencia hacia él completamente incomprensible. En consecuencia, aunque no puede haber duda de que el corazón de Pedro ya se rebeló contra esto como algo que no se debe soportar, Jesús no lo reprende todavía, sino que solo le pide que espere un poco, y así podría comoprenderlo todo.

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