Porque hay algunos eunucos que nacieron así del vientre de su madre: y hay algunos eunucos que fueron hechos eunucos de los hombres: y hay eunucos que se hicieron eunucos a sí mismos por causa del reino de los cielos. El que es capaz de recibirlo, que lo reciba.

Porque hay algunos eunucos, que nacieron así del vientre de su madre, personas constitucionalmente incapaces o indispuestas para el matrimonio.

Y hay algunos eunucos, que fueron hechos eunucos por los hombres , personas incapaces por otros.

Y hay eunucos, que se han hecho eunucos a sí mismos por causa del reino de los cielos, personas que, para hacer mejor la obra de Dios, eligen deliberadamente este estado. Así era Pablo. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba - 'El que sienta que esta es su propia vocación, que la abrace;' lo cual, por supuesto, es tanto como decir: 'él solo lo decidió'. Por lo tanto, todo queda libre en este asunto.

Observaciones:

(1) Si la santidad del vínculo matrimonial, como fuente de todo bienestar social, ha de ser defendida entre los hombres, debe basarse en la institución divina original del mismo; ni se controlarán eficazmente aquellas relajaciones que introduce y defiende el ingenio corrupto sino volviendo, como lo hace nuestro Señor aquí, al gran carácter primario y diseño de él como se estableció al principio. 

(2) Que aquellos que reverencian la autoridad de Cristo noten la autoridad divina que Él atribuye al Antiguo Testamento en general, y a los libros de Moisés en particular, en el arreglo de todas las cuestiones de la verdad divina y el deber humano ( Mateo 19:4 ); tampoco dejemos de observar la importante distinción que Él establece entre las cosas ordenadas y las cosas permitidas, entre las cosas toleradas por un tiempo y reguladas por leyes civiles, para evitar que las barreras de la moralidad social se derriben por completo, y las santidades duraderas de la gran ley moral ( Mateo 19:8 ).  

(3) Cuando nuestro Señor presenta la vida de soltero como diseñada y adaptada a ciertas clases específicas, comprendan los cristianos que, si bien su propio plan y condición de vida deben estar regulados por consideraciones más altas que la mera inclinación o la ventaja personal, no son establecer reglas para los demás, pero dejar que cada uno decida por sí mismo, según su propio Maestro, permanece o cae. Porque el que en estas cosas sirve a Cristo, es agradable a Dios y aprobado por los hombres.

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