Ahora con respecto a esas cosas. Se desprende de todo este pasaje que los corintios, en una carta anterior, habían consultado a este apóstol sobre el tema de comer carnes ofrecidas a los ídolos. No era inusual reservar parte del sacrificio del que habían cenado, ya fuera en su propia familia, con sus amigos o, a veces, incluso en el templo. Algunos de los cristianos de Corinto asistían sin escrúpulos a este tipo de fiestas y comen de las carnes ofrecidas a los ídolos; mientras que otros, por el contrario, se escandalizaron por esta conducta y la consideraron una aprobación tácita de la idolatría.

San Pablo, consultado sobre esta dificultad, les da su consejo en este capítulo. (Calmet) --- Sabemos que todos tenemos conocimiento al respecto. Es decir, todos nosotros, que estamos suficientemente instruidos, tenemos suficiente conocimiento para estar convencidos de que los ídolos no son nada en sí mismos, ni las carnes que se les ofrecen mejores ni peores por ello. (Witham) --- El conocimiento se envanece, etc. El conocimiento, sin caridad y humildad, sólo sirve para enaltecer a las personas. (Challoner)

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