Pero la piedad con suficiencia, o cuando un hombre tiene lo suficiente para sustentar sus necesidades, es ciertamente una gran ganancia, va acompañada de las ventajas más valiosas, el tesoro de una buena conciencia, la paz mental, la gracia de Dios y, en lo sucesivo, un recompensa de la gloria eterna. (Witham) --- Ese hombre es ciertamente rico, por pequeña que sea su posesión, si no desea nada más abajo, y aspira ansiosamente a esa bendición de arriba, que es la única que puede llenar su corazón.

La mediocridad es un estado envidiable; nos libera de los peligros de las riquezas y de las tentaciones de la pobreza extrema: con esta suerte estemos contentos. ¿Por qué debemos fijar nuestro corazón en las posesiones fugaces del día? No las teníamos ayer, y mañana no serán nuestras; porque así como nacimos, debemos morir.

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