Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, etc. Aquí el apóstol enumera los preceptos generales de moralidad que deben practicar. --- Todo lo que es verdad. Con palabras, promesas, juramentos legítimos, etc. manda rectitud de mente y sinceridad de corazón. --- Todo lo que sea modesto. Con estas palabras prescribe la gravedad en los modales, la modestia en la vestimenta y la decencia en la conversación.

--- Todo lo que sea justo. Es decir, en el trato con los demás, en la compra o venta, en el comercio o en los negocios, para ser justos y honestos. Todo lo que es santo. Por estas palabras puede entenderse que quienes se encuentran en un estado religioso profeso, o en las órdenes sagradas, deben llevar una vida de santidad y castidad, de acuerdo con los votos que hacen; pero estas palabras, que se aplican a los que están en el mundo, indican la vida virtuosa a la que están obligados por los mandamientos divinos a seguir.

--- Todo lo que sea amable. Eso es practicar esos buenos oficios en la sociedad que nos procuran la estima y la buena voluntad de nuestros vecinos. --- Todo lo que tenga buena reputación. Es decir, que con nuestra conducta y comportamiento debemos edificar a nuestros vecinos y darles buen ejemplo con nuestras acciones. --- Si hay alguna virtud, si hay alguna alabanza de la disciplina: que los que están en error, viendo la moralidad y la buena disciplina de la verdadera religión, se conviertan.

Y finalmente, el apóstol manda no sólo a los filipenses, sino a todos los cristianos, que piensen en estas cosas, es decir, que lo estudien y se preocupen, para que la paz de Dios esté con ellos. (Challoner)

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