Esto fue aproximadamente tres o cuatro años después de su conversión. El apóstol, sabiendo muy bien cómo adaptar su discurso a sus auditores, en esta epístola hace uso de un discurso más severo y duro que el que se observa en sus otras epístolas. La razón es que los gálatas eran un pueblo menos civilizado y ya habían mostrado el poco apego que tenían por su padre espiritual. (Calmet) --- A otro evangelio: que no es [2] otro.

Es decir, no es propiamente otro, porque pretendían ser cristianos y enseñaban la fe; y, sin embargo, en cierta medida era otro, porque lo cambiaron esos maestros con una mezcla de errores, en particular que todos los gentiles convertidos debían observar el Ley judía: y en este sentido, se dice que subvierten o destruyen el evangelio de Cristo: de modo que el apóstol no duda en pronunciar y repetir un anatema, una maldición sobre todos los que predican cualquier otra cosa , es decir, en el punto de religión, no estar de acuerdo con lo que había enseñado.

No puedo omitir aquí una reflexión que hace San Juan Crisóstomo sobre el versículo 7. ¿Dónde están, dice él, los que nos condenan (a los católicos) por las diferencias que tenemos con los herejes? y quienes pretenden que no existe tal diferencia esencial entre nosotros y ellos, para juzgarlos excluidos de la comunión de la Iglesia Católica, de la cual no hay salvación, a menos que sea por ignorancia.

--- Que escuchen lo que dice San Pablo, que destruyeron el evangelio quienes hicieron tales innovaciones: a saber, introduciendo nuevamente como necesarias algunas de las ceremonias judías, incluso en un momento en que los cristianos, que habían sido judíos, podrían usarlos legalmente, e incluso a los que habían sido gentiles. San Pablo dice, esto es cambiar y destruir el evangelio; el repiteanatema contra ellos. Que escuchen y tomen nota de esto los que pretenden que la unidad de la única fe católica es mantenida suficientemente por todas las sociedades cristianas, que acordar, como dicen, en lo fundamental, su fe es una fe salvadora: que el concilio de Trento , sin razón, pronunció tales anatemas contra ellos: que todos los católicos son poco caritativos por negarles estar en el camino de la salvación, cuando hacen de la Escritura sola, interpretada por su juicio privado, la única regla de su fe. También pueden acusar no sólo a San Juan Crisóstomo, sino también a San Pablo, de falta de caridad, etc. (Witham)

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