Por encontrar fallas en ellos. No se dice aquí, culpando a la ley, dice San Juan Crisóstomo, que en sí mismo era bueno, justo y santo, (ver Romanos 7, 12), sino culpando a los quebrantadores y transgresores de ella; no sino que los hombres fueron salvos en el tiempo de la ley, quienes por la gracia de Dios creyeron en su Redentor que había de venir, y vivieron bien. Y las misericordias de Dios eran tan grandes, incluso para con los pecadores, que les hizo una promesa solemne, claramente expresada en el profeta Jeremías, (Cap.

xxxi. 31. & c.) Vendrán días, dice el Señor, y haré un nuevo pacto, ... no según el pacto (o no tal) como hice con sus padres, en el tiempo en que tomé como por la mano para sacarlos de .... Egipto, etc. con señales y prodigios: entonces los escogí para ser mi pueblo, pero siempre estaban transgrediendo este testamento, este pacto, que había hecho con ellos; y por sus transgresiones los descuidé, los castigé de vez en cuando, y, cuál fue el mayor castigo de todos, permitió que esos ofensores ingratos y obstinados corrieran por sus propios caminos pecaminosos hacia su propia ruina. (Witham)

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