Miren entre ustedes siete hombres, y hombres de buena reputación y carácter, llenos del Espíritu Santo. (Witham) --- Diversas circunstancias prueban que ellos también fueron elegidos para estar cerca del altar. Debían estar llenos del Espíritu Santo y de sabiduría: recibieron la imposición de las manos de los apóstoles, y en ellos san Pablo exige, en cierto modo, las mismas condiciones que en los obispos; todo lo cual no habría sido necesario para ninguna mayordomía secular.

Ver Hechos xiii. 3. Inmediatamente después de su ordenación, predicaron, bautizaron, disputaron, como vemos en San Esteban, etc. &C. De ahí San Ignacio: "Es nuestro agradar por todos los medios a los diáconos, que están para el ministerio de Jesucristo; porque no son servidores de comida y bebida, sino ministros de la Iglesia de Dios. Porque ¿qué son diáconos sino imitadores? ¿O seguidores de Cristo, ministrando a los obispos, como Cristo a su Padre, y obrando para él una obra limpia e inmaculada, como San Esteban a Santiago? (Ep. ad Tral.)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad