¿Por qué me persigues? Mis discípulos, mis hermanos y mis amigos. La cabeza habla por los miembros y, mediante una figura retórica, los llama a sí mismos. (San Agustín, en Sal. Xxx.) --- Aquí Jesucristo se identifica con su Iglesia, como en una ocasión anterior, cuando dijo: el que a ti te escucha, a mí me escucha; y el que a ti te desprecia, a mí me desprecia. (Lucas x. 16.)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad