Os digo ... os conviene que vaya: que os dejo, en cuanto a mi presencia corporal, que padezco la muerte, por la redención de todos los hombres. Y si no voy, el Paráclito no vendrá, según el orden de los decretos divinos: su venida para santificarlos con sus dones y enseñarles todas las cosas, no será hasta después de mi ascensión. Cuando me haya ido, te lo enviaré. El Padre y yo le enviaremos, porque procede de ambos. (Witham)

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