Aquel de quien te quejas es el novio, y yo soy el amigo del novio, enviado antes para preparar a su esposa; es decir, reunir para él una Iglesia de todas las naciones. (Alcuin.) --- Los sirvientes del novio no se alegran de la misma manera que sus amigos: yo soy su amigo, y me regocijo con gran alegría, por la voz del novio. Él debe aumentar y yo disminuir; con cuyas palabras el gran precursor demuestra al mundo, que ni la menor envidia con respecto a su divino Maestro irrita en su corazón; por el contrario, para que se alegrara de ver que todos sus seguidores lo abandonaban, para correr hacia Jesucristo. (San Juan Crisóstomo)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad