No verá la muerte, no morirá para siempre. Es decir, no sufrirá una muerte eterna como los que mueren en el pecado; pero ellos entendieron sus palabras de la muerte del cuerpo. (Witham) --- Me acusas de estar poseído por un demonio, porque te predico una doctrina muy diferente a la que estás acostumbrado a escuchar; pero no digo nada más que la verdad; Doy honor a mi Padre, ejecuto sus órdenes; y las palabras que ahora os hablo, son palabras de vida eterna.

Quien los observe, no morirá. Moisés prometió una larga vida a quienes observaran lo que estaba ordenado en la ley antigua y les ofreció como recompensa bienes y prosperidad temporal. Pero ahora te ofrezco una vida eterna. Cree en mis palabras, guárdalas y observa mis ordenanzas, y no sentirás la muerte del alma, la segunda, eterna y más miserable de las muertes. (Calmet)

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