la ingratitud de una nación favorecida

Isaías 1:1

Este capítulo forma el prefacio de las profecías de Isaías. Es una declaración clara y concisa de los puntos en disputa entre Jehová y Su pueblo. Se dio especial urgencia a estos llamamientos, cuando se pronunciaron por primera vez, por el hecho bien conocido por los políticos y el pueblo hebreos, de que Asiria se estaba preparando para una gran guerra de conquista, que se dirigiría especialmente contra Jerusalén y sus aliados.

Este capítulo está al este en forma de un juicio, un caso de la corona en el que Dios es tanto demandante como juez. La convicción de pecaminosidad que el profeta deseaba obtener, se buscaba, no apelando a un código de leyes que había sido transgredido, sino mostrando la ingratitud con la que Israel había retribuido el amor paternal de Dios. Es el elemento personal en el pecado que convence más rápidamente a los hombres. "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" "¡Tú eres el hombre!" "¡Ha hecho desprecio al Espíritu de gracia!"

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