el rechazo del rey

Juan 19:10

El orgullo de Pilato fue tocado por ese silencio. En su respuesta, nuestro Señor se refiere a la responsabilidad relativa de aquellos que participaron en su condenación. Fue como si dijera: "Por grande que sea tu pecado, perder tu posición es menor que el pecado de aquellos que me han puesto en tu poder". Pilato entonces se dio cuenta de la espiral del mal en el que estaba atrapado. Estaba lidiando con un asunto que tocaba lo invisible y eterno, pero la amenaza de denunciarlo a César lo devolvió repentinamente a los aspectos terrenales y humanos del caso.

Con una irritación mal disimulada, adoptó la fraseología de los sacerdotes y gritó: ¡ Ahí tienes a tu Rey! Los judíos tocaron lo más profundo de la degradación cuando, pisoteando su orgullo nacional, gritaron: ¡ No tenemos más rey que el César! Pilato firmó los documentos necesarios y se retiró a su palacio como si hubiera sido él mismo sentenciado.

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