2 Timoteo 3:16

La utilidad de las Escrituras.

Tenemos aquí dos grandes afirmaciones sobre las Escrituras. Primero, son inspirados por Dios; a continuación, son rentables desde el punto de vista religioso.

I. Primero, sin embargo, es necesario tener presente la distinción entre inspiración y revelación. La inspiración es una inhalación y un avivamiento vital de cualesquiera que sean las facultades normales de un hombre, por lo que su fuerza natural y su sensibilidad religiosa aumentan; tal como concebimos los procesos del Espíritu Santo como en la vida religiosa ordinaria, sólo que aquí es especial en sus formas y medidas.

La revelación es conocimiento impartido desde fuera: se nos dan a conocer hechos y verdades que ignoramos. Si toda inspiración no es una revelación sobrenatural, tampoco la revelación sobrenatural es una mera inspiración de la facultad natural. Ambos deben reconocerse claramente.

II. El Apóstol afirma que los escritores sagrados son inspirados por Dios, inspirados por Dios, los destinatarios de un afflatus divino. Debe notarse el alcance y la variedad de la utilidad de las Escrituras. Es un libro para la vida humana; no solo para iglesias ni para devociones, sino para todos los dominios y relaciones de los seres humanos. (1) Es útil para la doctrina, para enseñar verdaderas ideas o principios de la vida religiosa.

Hace a los hombres sabios para la salvación. Los hombres sienten y actúan de acuerdo con los pensamientos y sentimientos que tienen. Ningún sabio subestimará las nociones teológicas correctas: son condiciones indispensables de bondad. Según el Apóstol, las Escrituras son la fuente distintiva de nuestra enseñanza teológica. Las verdaderas doctrinas acerca de Dios y la religión se revelan en la Biblia. (2) La otra gran idea de la utilidad de las Escrituras está representada por las palabras "reprensión", "corrección".

"Sea el libro históricamente lo que sea, venga de donde venga, no se le puede negar su ministerio moral y religioso para con los hombres: y es la evidencia más concluyente de su autoridad divina. Como libro de verdad moral y religiosa sólo vivirá : como tales sólo necesitamos que vivamos. Mientras las almas humanas sientan el pecado y el dolor, apreciarán la salvación y el consuelo de la Escritura.

H. Allon, El Cristo que habita en nosotros, pág. 123.

Referencias: 2 Timoteo 4:1 . Revista del clérigo, vol. v., pág. 272. 2 Timoteo 4:1 ; 2 Timoteo 4:2 . Púlpito de la Iglesia de Inglaterra, vol. xvii.

, pag. 157. 2 Timoteo 4:1 . Expositor, primera serie, vol. x., pág. 443. 2 Timoteo 4:2 . Revista del clérigo, vol. i., pág. 129. 2 Timoteo 4:4 . El púlpito del mundo cristiano, vol. xx., pág. 40; Sermones sencillos de los colaboradores de "Tracts for the Times", vol. v., pág. 287.

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