Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.

Membresía en el cuerpo de Cristo

I. La naturaleza de la pertenencia al cuerpo de Cristo.

1. Los miembros de la Iglesia de Cristo son tales nominal y profesamente. La Iglesia es una organización visible - “una ciudad asentada sobre una colina, que no se puede esconder” - “la luz del mundo”, que debe brillar donde quiera que exista. La pertenencia al cuerpo de Cristo supone que hemos sido bautizados y tenemos el hábito de recibir la santa comunión; también que obedezcamos las leyes, reglamentos y disciplina que se han promulgado para el gobierno ordenado de la Iglesia.

2. Ser miembro del cuerpo de Cristo implica que lo somos espiritual y sinceramente, en el homenaje de nuestra mente, la devoción de nuestra vida y los afectos de nuestro corazón.

3. Ser miembro del cuerpo de Cristo implica perdón y regeneración.

II. La importancia de convertirse en miembros del cuerpo de Cristo.

1. La pertenencia a la Iglesia visible de Cristo es necesaria para la existencia y perpetuidad de la Iglesia cristiana. Una Iglesia naturalmente supone miembros, como el todo supone partes; debe haber miembros, o no puede haber Iglesia.

2. La pertenencia a la Iglesia visible de Cristo es necesaria para poder entender correctamente algunos pasajes muy importantes de la Palabra de Dios. La Biblia no sabe nada de religión solitaria.

3. La pertenencia al cuerpo de Cristo es necesaria para el pleno y completo desempeño de los deberes religiosos.

(1) Simpatía.

(2) Edificación mutua.

4. La membresía con el cuerpo de Cristo es necesaria ya que puede ayudarnos contra nuestros enemigos espirituales.

5. La pertenencia al cuerpo de Cristo es necesaria para dar alguna prueba de nuestro apego a Jesucristo y Su causa.

6. La pertenencia al cuerpo de Cristo es necesaria si considera los beneficios espirituales que se derivan de él. ( P. Cooper. )

Miembros del cuerpo de Cristo

I. La doctrina. Un tema difícil, susceptible de tergiversaciones y abusos.

1. El apóstol se refiere únicamente a los creyentes.

2. Debemos apartar todas las ideas sensuales y carnales de la consideración de este tema. Es una unión espiritual de la que se habla aquí.

3. Debemos apartar de la consideración de este tema toda estrechez de miras e intolerancia. Observemos ahora que el texto nos transmite tres ideas, como característica de la relación en la que se encuentra la Iglesia con el Redentor, a saber,

(1) Unión;

(2) Dependencia;

(3) Simpatía.

II. Deberes resultantes de esta relación.

1. Amor.

2. Reverencia.

3. Obediencia. ( Dr. Raffles. )

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