Y la ley no es por fe.

La ley y el evangelio

I. Difieren en el trabajo de nuestra justificación.

1. La ley promete vida al que realiza la perfecta obediencia, y eso por sus obras.

2. El evangelio promete vida al que cree por amor a Cristo.

3. La ley entonces requiere hacer, creer en el evangelio.

II. Coinciden en nuestra buena conversación.

1. La fe es lo primero.

2. Luego la vida de fe.

3. Luego la evidencia del amor de la fe en la obediencia.

Observar--

1. La salvación fue el fin incumplido de la ley, y así es ahora.

2. La salvación es el comienzo consumado del evangelio.

3. La ley bajo la cual vivimos no es por obediencia-salvación, sino por salvación-obediencia. ( W. Perkins. )

La necesidad de la ley divina

En cualquier relación que consideremos que Dios nos respalda, debemos sentir que Él tiene una ley por la cual nos gobierna a todos. ¿Es un rey? Debe haber decretos reales. ¿Es un maestro? Debe haber un servicio designado. ¿Es un juez? El mismo nombre implica un tribunal. ¿Es un redentor? La redención debe estar de acuerdo con los principios de justicia. ¿Es un padre? El hogar que preside debe ser un escenario de acción armoniosa. ( S. Pearson, MA )

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