Lo adoré: oro, incienso y mirra.

Acción, Oración, Dolor

I. El oro puede tomarse como representación de nuestra sustancia, nuestros bienes, nuestra riqueza material. Todo trabajo, todo material, tiene su valor en oro. Esta oblación, representa la eficacia de aquello que nos es externo y puede desprenderse de nosotros.

II. El incienso es una sustancia que, una vez encendida, lanza dulces nubes al cielo, es el símbolo del pensamiento religioso que se dirige amorosamente y con nostalgia hacia Dios. Tipifica lo que es interior. Hay vida tanto de contemplación como de acción.

III. La última ofrenda que completa el texto es la mirra. Esto significa dolores; en esto somos iguales ante Dios. Podemos ofrecerle nuestros dolores y arrepentimiento. ( M. Dix. )

El carácter de su adoración

1. Devoto.

2. Creer.

3. Abnegación.

4. Inteligente.

5. Obediente (ver. 12). ( DC Hughes, MA )

Dale lo mejor que tienes a Jesús

No importa cuán pobre sea la ofrenda, si es lo mejor que puedes dar. Una leyenda nos cuenta que una vez que un niño pequeño en la iglesia no tenía dinero para colocar entre las ofrendas en el altar, le dio una manzana rosada, el único regalo que tenía para ofrecer. Luego, cuando el sacerdote quitó la limosna del altar, encontró allí una manzana de oro puro. El regalo más simple es a los ojos de Dios como oro puro. ( HJ Wilmt Buxton. )

Un discurso de Navidad-Regalos para el niño Jesús.

De esta visita de los magos ha surgido nuestra idea de guardar la Navidad con regalos. Intentaremos ver el significado interno de la buena costumbre.

I. Nuestra idea principal para celebrar la Navidad es hacer felices a todos. Jesús vino para hacernos felices a todos, bendecidos por Dios.

II. Hacer felices a todos se puede hacer mejor dando regalos. Todo tipo de cosas necesarias -deben adaptarse- hacer felices a todos porque bendicen tanto al que da como al que toma.

III. Al dar regalos recordamos especialmente a los más pequeños. Porque pensamos en Jesús como un niño, etc. Muestre cuán sugerentes son los dones de los magos.

IV. Luego nos elevamos más allá de los pequeños a todos aquellos a quienes Jesús nos enseñó a pensar en sus hermanos. Aquellos que son más pobres que nosotros, etc. Cada niño puede hacer a alguien un poco más feliz hoy con su regalo de amor. ( R. Tuck, BA )

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