Ahora pues, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y de la casa de Dios;

Ver. 19. Conciudadanos de los santos ] Pablo, como ciudadano de Roma, escapó de los azotes, Hechos 22:6 ; nosotros, como ciudadanos con los santos, escapamos de las torturas y tormentos del infierno.

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