6-14 Ni siquiera un apóstol podía edificar, si no hablaba de manera que sus oyentes lo entendieran. Decir palabras que no tienen sentido para los que las escuchan, no es más que hablar al aire. Eso no puede responder al fin de hablar, que no tiene sentido; en este caso, orador y oyentes son bárbaros el uno para el otro. Todos los servicios religiosos deben celebrarse en las asambleas cristianas de manera que todos puedan participar en ellos y sacar provecho. El lenguaje sencillo y fácil de entender es el más apropiado para el culto público y otros ejercicios religiosos. Todo verdadero seguidor de Cristo deseará más bien hacer el bien a los demás, que obtener un nombre por la erudición o el buen discurso.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad