Esto es mi cuerpo, que por vosotros está partido; es decir, este pan partido es la señal de mi cuerpo, que ahora mismo ha de ser traspasado y herido por vuestras iniquidades. Toma, pues, y come de este pan, en un recuerdo humilde, agradecido y obediente de mi amor agonizante; de lo extremo de mis sufrimientos por ti, de las bendiciones que te he procurado y de las obligaciones de amor y deber que te he impuesto por todo esto.

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