Desde entonces, estos niños participan de carne y hueso, de la naturaleza humana con todas sus enfermedades. Él también de igual manera participó del mismo; para que mediante su propia muerte pudiera destruir la tiranía de aquel que tenía, con el permiso de Dios, el poder de la muerte con respecto a los impíos. La muerte es sierva y sirviente del diablo, que le entrega a los que se apodera de él en el pecado. Es decir, el diablo - El poder se manifestó a todos; pero quien lo ejerció, no vieron.

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