Y que la bendición de Dios no pertenece a todos los descendientes de Abraham, aparece no solo por este caso, sino por el de Esaú y Jacob, quien fue elegido para heredar la bendición, antes de que ninguno de ellos hubiera hecho el bien o el mal. El apóstol menciona esto para mostrar que tampoco sus antepasados ​​fueron aceptados por ningún mérito propio. Para que el propósito de Dios según la elección se mantuviera, cuyo propósito era elegir o escoger la simiente prometida. No por obras - No por ningún mérito precedente en él que eligió. Pero de aquel que llamó - De su propio agrado que llamó a ese privilegio a quien vio bueno.

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