Tenga cuidado de sobresalir en las buenas obras: aunque el apóstol no las pone como fundamento, las coloca en el lugar que les corresponde y luego las menciona, no levemente, sino como asuntos de gran importancia. Él desea que todos los creyentes tengan cuidado, tengan sus pensamientos sobre ellos: utilicen sus mejores artilugios, sus mayores esfuerzos, no apenas para practicar, sino para sobresalir, para ser eminentes y distinguidos en ellos: porque, aunque no son la base de nuestra reconciliación con Dios, pero son amables y honorables para la profesión cristiana. Y provechoso para los hombres: medio para aumentar la felicidad eterna tanto de nosotros mismos como de los demás.

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