Las parábolas de las cosas preciosas Mateo 13:44-46 : En los días de Jesús se sepultaba el lugar más seguro para guardar los tesoros. Esa idea condujo a la parábola del tesoro escondido en un campo. El hombre que encontró el tesoro estaba dispuesto a darlo todo, con alegría, por el reino. En el reino de Cristo encontramos un tesoro (1) que vale la pena poseer, (2) de mayor valor que todo lo que poseemos ahora, (3) un tesoro que traerá gran gozo, y (4) que el hombre puede pagar renunciando lo que el tiene.

La perla de gran precio enseña una lección similar. Las perlas en los días de Jesús representaban un valor supremo. El hombre estaba buscando la perla tal como nosotros debemos buscar el reino. El mercader que buscaba pudo reconocer la perla tal como nosotros deberíamos reconocer el reino de Dios. Él lo dio todo por la perla, así como nosotros deberíamos darlo todo por el reino. Descubrir el reino de Dios y el privilegio de ser parte de él es como tropezar con un tesoro escondido o encontrar esa perla de gran valor. El tesoro del reino vale nuestro corazón.

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