De nuevo, el reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo; la cual, cuando el hombre la encuentra, la esconde, y de gozo va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

Además, el reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo , cosa que no es rara en países inestables y semicivilizados, tanto ahora como en tiempos antiguos, cuando no había otra manera de protegerlo de la rapacidad de los vecinos o merodeadores.

La cual cuando un hombre la encuentra (es decir, la encuentra inesperadamente), la esconde, y de alegría por ello (al ver el tesoro que ha encontrado, pasando el valor de todo lo que poseía) va y vende todo lo que tiene, y compra ese campo , en cuyo caso, según la ley judía, el tesoro sería suyo.

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