II. LA SEGUNDA TENTACIÓN.

5. Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa.

De qué manera el diablo lo llevó al templo, ya sea en cuerpo o en espíritu, no se nos dice, y sería en vano preguntar. Sea cual sea la verdad, lo era sin duda. sugerencia de que el hecho de que el Señor se arrojara así, en la ciudad santa, en presencia de las multitudes, establecería de inmediato su misión.

En. pináculo del templo.

La única parte del templo que parece responder al contexto era el pórtico elevado que dominaba el valle de Cedrón. Josefo dice que desde el vértice hasta el valle de abajo en este punto había 600 pies. La primera tentación del diablo, como la dirigida a Eva en el Edén, había tenido como objetivo despertar la desconfianza en el Padre. La segunda va al extremo opuesto y pide tal exceso de confianza que provoque la temeridad.

Un extremo del pecado es desconfiar de Dios; el extremo opuesto es rehusar emplear la industria y las precauciones apropiadas y tentar a Dios. Un pecado es desconfiar de la providencia y otro es presumir de ella.

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