El orden de las dos últimas tentaciones es diferente en San Lucas, y la variación es instructiva. O el informante de San Lucas era menos exacto que el de San Mateo, o las impresiones dejadas en las mentes de aquellos a quienes se les había comunicado el misterio eran ligeramente diferentes. Especialmente era probable que este fuera el caso, si el juicio hubiera sido (como muestran los relatos de San Marcos y San Lucas) prolongado y, por lo tanto, las tentaciones se repitieran. La orden de San Mateo parece, en general, la más verdadera, y el “Apártate de mí, Satanás”, encaja mejor con el cierre del conflicto.

Lo lleva a la ciudad santa. - El uso de este término para describir a Jerusalén ( Lucas 4:9 ) es peculiar de San Mateo entre los evangelistas, y lo usa nuevamente en Mateo 27:53 . San Juan lo usa en Apocalipsis 11:2 del literal, en Apocalipsis 21:2 del celestial, Jerusalén.

La analogía de Ezequiel 37:1 ; Ezequiel 40:2 , donde el profeta es llevado de un lugar a otro en la visión de Dios, nos lleva a pensar en esta “toma” como fuera de las condiciones del movimiento local. Como dijo San Pablo de sus propias experiencias espirituales ( 2 Corintios 12:2 ), así debemos decir de esto: Si fue en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sabemos, Dios lo sabe.

Un pináculo del templo. - Mejor, el pináculo. El griego tiene el artículo. La palabra griega, como "pináculo" es el diminutivo de "ala", y parece haber sido aplicada a cualquier techo puntiagudo o a dos aguas. En este caso, mirando la posición y estructura del Templo, podemos pensar en el punto o parapeto del pórtico de Herodes que domina el Valle de Josafat, elevándose a una vertiginosa altura de 400 codos por encima de él (Jos.

Hormiga. xv. 11, 5). Las visitas anteriores de nuestro Señor a Jerusalén debieron de haberle familiarizado la escena. En años pasados, pudo haber mirado hacia abajo desde ese pórtico en el oscuro desfiladero debajo. Ahora se le presenta un nuevo pensamiento. ¿Probará el testimonio de que era el Hijo amado arrojándose de cabeza? ¿No había una aparente justificación para tal juicio, el experimento crucial de la Filiación? ¿No había declarado el salmista acerca del escogido de Dios que sus ángeles deberían llevarlo en brazos? Este parece ser un punto de vista mucho más cierto que el de que el punto de la tentación radicaba en la sugerencia de que Él hiciera una señal o maravilla arrojándose, en presencia del pueblo, desde el parapeto que daba al patio de los adoradores, y así obtener poder y popularidad.

La respuesta al Tentador muestra que la sugerencia tendía, no a la vanagloria, sino a la desconfianza que simulaba la confianza. Es una coincidencia algo curiosa que se dice que Santiago el Justo, el hermano del Señor, fue arrojado desde “el pináculo del Templo” a uno de sus atrios (Euseb. HE ii. 23).

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