Verso 18 Sí, uno puede decir: Tú tienes fe.

Para ilustrar y reforzar aún más el pensamiento anterior, uno puede decir que tienes fe, es decir, solo fe y yo tengo obras. Ahora, procedamos a probarnos unos a otros la presencia en cada uno de la fe que afirmamos poseer. Puedo mostrar mi fe por mis obras. Este será mi método de prueba. ¿Cómo vas a proceder para asegurarme que tú también tienes fe? ¿Qué método adoptará? ¿Cuál es en este caso la conclusión lógica necesaria? La absoluta imposibilidad de producir prueba alguna de la presencia de la fe es evidente. Ninguna otra prueba puede ser ni es posible en tal caso que la de los frutos de la fe. Ésta, y sólo ésta, es la prueba de que es susceptible el caso.

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Antiguo Testamento