cualquiera que hable contra el Espíritu Santo Hablar contra el Espíritu Santo es hablar contra la clara voz del Espíritu Santo dentro del corazón peca deliberadamente contra el conocimiento. Jesús, que vio el corazón, sabía que los fariseos no eran sinceros en la acusación que le hacían. Estaban atribuyéndole a Satanás lo que sabían que era la obra de Dios. Sus anteriores ataques contra el Hijo del hombre tenían excusa; por ejemplo, podrían haber diferido concienzudamente sobre la cuestión de la observancia del sábado, pero ahora no tienen excusa.

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