En este capítulo, el apóstol Pablo presenta la doctrina de la libertad cristiana en un esfuerzo final por persuadir a los gálatas de que abandonen la nefasta doctrina de los falsos apóstoles. Para cumplir su propósito aduce amenazas y promesas, tratando por todos los medios de mantenerlos en la libertad que Cristo compró para ellos.

VERSO 1. Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres.

Nuestra conciencia debe ser educada para recurrir a la libertad que Cristo compró para nosotros. Aunque los temores de la Ley, los terrores del pecado, el horror de la muerte nos asalten ocasionalmente, sabemos que estos sentimientos no durarán, porque el profeta cita a Dios diciendo: "En un poco de ira escondí mi rostro de ti por un tiempo". momento: mas con misericordia eterna tendré misericordia de ti". ( Isaías 54:8 .)

VERSO 1. Y no vuelvas a estar sujeto al yugo de la servidumbre.

Debido a que la razón prefiere la justicia de la Ley a la justicia de la fe, Pablo llama a la Ley un yugo, un yugo de servidumbre. Pedro también lo llama yugo. "¿Por qué tentáis a Dios, poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?" ( Hechos 15:10 .)

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