26. Entonces comenzaron los hombres a invocar el nombre del Señor. En el verbo "invocar", hay un sinecdoque, porque generalmente abarca toda la adoración a Dios. Pero la religión aquí está debidamente designada por lo que constituye su parte principal. Porque Dios prefiere este servicio de piedad y fe a todos los sacrificios, (Salmo 50:14.) Sí, esta es la adoración espiritual de Dios que produce la fe. Esto es particularmente digno de mención, porque Satanás no logra nada con mayor cuidado que adulterar, con toda corrupción posible, la invocación pura de Dios, o alejarnos del único Dios a la invocación de criaturas. Incluso desde el comienzo del mundo no ha dejado de mover esta piedra, para que los hombres miserables se cansen en vano en una absurda adoración a Dios. Pero háganos saber que toda la pompa de adoración no vale nada, a menos que se mantenga este punto principal de adorar a Dios.

Aunque el pasaje puede explicarse de manera más simple, entonces el nombre de Dios se celebró nuevamente; Sin embargo, apruebo el sentido anterior, porque es más completo, contiene una doctrina útil y también está de acuerdo con la fraseología acostumbrada de las Escrituras. Es una tontería, que Dios comenzó a ser llamado por otros nombres; ya que Moisés no censura aquí las supersticiones depravadas, pero elogia la piedad de una familia que adoraba a Dios en pureza y santidad, cuando las religiones entre otras personas estaban contaminadas o extintas. Y no hay duda de que Adán y Eva, junto con algunos de sus hijos, eran verdaderos adoradores de Dios; pero cierra significa que tan grande fue entonces el diluvio de impiedad en el mundo que la religión se apresuró rápidamente a la destrucción; porque permaneció solo con unos pocos hombres y no floreció en ninguna raza. Podemos concluir fácilmente que Set era un siervo recto y fiel de Dios. Y después de engendrar un hijo, como él mismo, y tener una familia correctamente constituida, el rostro de la Iglesia comenzó a aparecer claramente, y se estableció esa adoración a Dios que podría continuar hasta la posteridad. Tal restauración de la religión se ha efectuado también en nuestro tiempo; no es que se hubiera extinguido por completo; pero no había personas definidas que llamaran a Dios; y, ninguna profesión sincera de fe, ninguna religión corrupta podría ser descubierta en ninguna parte. De donde también parece evidentemente cuán grande es la propensión de los hombres, ya sea al gran desprecio de Dios o a la superstición; ya que ambos males debieron haber prevalecido en todas partes, cuando Moisés lo relata como un milagro que en ese momento hubiera una sola familia en la cual surgió la adoración a Dios.

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