6. Y Jesús se agachó. Con esta actitud pretendía demostrar que los despreciaba. Quienes conjeturan que escribió esto o lo otro, en mi opinión, no entienden su significado. Tampoco apruebo el ingenio de Agustín, que piensa que de esta manera se señala la distinción entre la Ley y el Evangelio, porque Cristo no escribió en tablas de piedra, (Éxodo 31:18, pero) sobre el hombre, que es polvo y tierra. Porque Cristo pretendía, sin hacer nada, mostrar cuán indignos eran de ser escuchados; tal como si una persona, mientras otra le hablaba, dibujara líneas en la pared, le diera la espalda o mostrara, por cualquier otro signo, que no estaba atendiendo a lo que se dijo. Por lo tanto, en la actualidad, cuando Satanás intenta, por diversos métodos, apartarnos del camino correcto de la enseñanza, debemos pasar por alto muchas cosas que nos ofrece con desdén. Los papistas nos enseñan, al máximo de su poder, por muchos cavillas insignificantes, como si estuvieran lanzando nubes al aire. Si los maestros piadosos se emplean laboriosamente en el examen de cada uno de esos cavillas, comenzarán a tejer la red de Penélope; (208) y, por lo tanto, los retrasos de este tipo, que no hacen más que obstaculizar el progreso del Evangelio, se ignoran sabiamente.

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