5. Los pobres reciben el mensaje del Evangelio. Por los pobres, sin duda, se entiende aquellos cuya condición es miserable y despreciable, y que no son estimados. Sin importar lo malo que pueda ser cualquier persona, su pobreza está tan lejos de ser un motivo de desesperación, que más bien debería animarla con coraje para buscar a Cristo. Pero recordemos que ninguno se considera pobre sino aquellos que realmente lo son o, en otras palabras, que yacen bajos y abrumados por la convicción de su pobreza.

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