21. No te dejes vencer por el mal, etc. Esta oración se establece como una confirmación; porque en este caso nuestra competencia es totalmente perversa, si tratamos de tomar represalias, confesamos que somos vencidos por ella; si, por el contrario, devolvemos el bien por el mal, con ese mismo acto mostramos la firmeza invencible de nuestra mente. Este es realmente el tipo de victoria más glorioso, cuyo fruto no solo es aprehendido por la mente, sino que realmente se percibe, mientras el Señor está dando éxito a su paciencia, de lo cual no pueden desear nada mejor. Por otro lado, el que intenta vencer el mal con el mal, quizás pueda superar a su enemigo haciendo daño, pero es su propia ruina; porque actuando así, continúa la guerra por el diablo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad